viernes, 26 de abril de 2013

Decálogo de una vida.





No alces brazo en guerra de años ni dejes con los años de luchar cualquier guerra, 
el tiempo ataca como enfermad, consume como hoguera,
como estatua de barro con el agua y los días, refabrícate. 

Une tu pasado destemplado al constante presente  que no merma
guarda tus rabias, desquítalas con tus sabanas, y si es furor lo que cargas
que la piel de tu amada padezca tus ganas.
  
Ama a quien has amado, más ahora por ausencia que pasado
soñar mil veces las promesas pendientes, morderse cada uno de los años
haz vieja tu experiencia , y a tus ojos jóvenes  sabios
  
De tus manos espejo, para mirar con los labios
graba como imagen de cuadro la voz de un adiós a tu oído
camina siempre seguro aunque no sepas por donde pisar
lávate el alma con vida , y el rostro del mar
ahógate, quémate, entiérrate
disfruta cualquier mal, padece cualquier bien,
que esperes nada te sorprenda
y aun así lo hermoso te siga aterrando.
  
Ríe cuanto puedas, y llora por igual
que no sepan si tus lagrimas sufren
cuídate del mal como del éxito
entrégate al deseo sin querer evitar
que el día te perdone tu pecado nocturno
  

Desentierra algún romance,
revuelve tus entrañas con lo que eres
y ensúciate los zapatos de recuerdo
has todo cuanto quieras y lo que no quieras también
quéjate, grita, déjate romper el alma
recompenete, hacete mayor,
envejece el dolor, fúmate dos cigarros
y comenzate a morir con ganas
de volver a empezar tu vida..


 Autor; Pavel Steven Salazar 

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