miércoles, 6 de junio de 2012

CositasCortas







Cuando me dijeron que escribiera sobre Lucia yo le sonreí al profe y le dije que de una! Luego baje la cabeza a la hoja y como si tuviese uno de esos aparatos donde uno pilla películas, se me atravesó la historia en ese papel, las imágenes chispoteabán en esa hoja blanca. Hermano usted esta bien? Me dijo el profe. Sí todo bien, pero yo ya tenia el recuerdo bien incrustado entre ese lápiz y la punta de los dedos. Como es la vida, tanto que nos quisimos y yo acá, con la mitad del odio y el amor por ella bien fresquitos. Recién salidos del horno.

Quien iba a suponer que de una vaina tan hermosa resultaría haciendo esto, casi una confesión, de que me acusa señor juez, tomé por desgraciado. Cierto huevon, lo fui unas cuantas veces, era como el aji de la empanada en nuestro amor, siempre se necesita ese arde poquito. Te quiero a ratos. Es más, yo no iba a contar esta historia, pero me cogieron blandito, me cogieron como pan de bono fresco, como masa de pan de 2000 recién hechecita, muy blando mi viejo, y cualquier mínimo frio podría matarme. A mi que cualquier cosa me mataba, a mi que cualquier cosa que no era difícil me mataba, difícil algunas caídas en el anden medio prendo, difícil una carrera para soportar el estereotipo social, difícil amar una mujer que normalmente te haría de lado sin mayor contemplación que disfrutarte, debe costar intentar levantarse sin sus cabellos en los hombros y sus senos reposando sobre uno, tiene que ser muy difícil tener que hacer café solo para vos y nadie más.

Llegué a creer que podría sacar de todo esto algo bueno, exorcizarme, olvidarla, quien sabe, y escribía y escribía como si la estuviese besando, como si fuera el lápiz mi lengua y esas comas y pausas donde el silencio podía ser pezón o cintura, donde borrarla seria lamerla y barrer con el pudor en el asiento de escuela, dejar el pecado en esta historia, redimirme. Y si alguien me preguntase de nuevo, diría que todo fue bonito, pero no rico. Porque lo bonito suele olvidarse pero lo rico queda con un triste reflejo de estremecimiento, un polvo mental que no tenes como quitarte de encima..

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