El espacio que nos separó se había vuelto enorme, era grande mi amor, pues lleno de vacíos estaba/ La enorme tristeza del olvidado, el amor del que ama sin saber cómo hacerlo/ Ese que quiere y no tiene palabra para contarlo, el que cierra los ojos en un beso creyendo el amor cosa de ciegos/ El terrible irresponsable confiando sus asuntos al destino, aquel que muere de palabra por ti y en el acto se estremece con tus ojos/ Tú, la que ama con el alma en las manos, aquella que quiere sin saber de “hasta cuando” ese ángel desmedido que se acostumbró al mundo, el primer cielo que ha bajado a mi cama, el amor con cuerpo y sangre que he perdido, aquella herida mía, sin cura ni muerte.
martes, 28 de junio de 2011
El titán y la luciérnaga
El espacio que nos separó se había vuelto enorme, era grande mi amor, pues lleno de vacíos estaba/ La enorme tristeza del olvidado, el amor del que ama sin saber cómo hacerlo/ Ese que quiere y no tiene palabra para contarlo, el que cierra los ojos en un beso creyendo el amor cosa de ciegos/ El terrible irresponsable confiando sus asuntos al destino, aquel que muere de palabra por ti y en el acto se estremece con tus ojos/ Tú, la que ama con el alma en las manos, aquella que quiere sin saber de “hasta cuando” ese ángel desmedido que se acostumbró al mundo, el primer cielo que ha bajado a mi cama, el amor con cuerpo y sangre que he perdido, aquella herida mía, sin cura ni muerte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tú el poeta que escribe con el alma porque sabe del amor. El que está obligado a escribir para que la herida duela menos y sin embargo duele más.
ResponderEliminarinfinitas gracias por emocionar nuestros sentimientos con tus bellisimas y profundas letras dulce y sensible Poeta, un besin muy grande de esta amiga admiradora.
ResponderEliminar